martes, 28 de julio de 2009

Impresiones sobre la Gripe Porcina

La Gripe Porcina, Influenza Porcina, Gripe A, Virus H1N1, o muchas otras combinaciones designan a este mal que (dicen) está haciendo estragos por todo el mundo. Mi intención aquí es simplemente comentar mis impresiones, basándome en mi contacto con el “mal del chancho” aquí en México y mi actual percepción de la situación en Argentina, unos días después del pico de atención y enfermedades y psicosis, etc., etc. Realmente me gustaría poder ofrecer más precisiones al respecto (ateniéndome a algún riguroso “método periodístico”), pero las prioridades cotidianas me juegan en contra en esta tarea. Hecha esta necesaria aclaración, continúo con la conciencia tranquila.


Una vez más, el papel de los medios de comunicación ha sido y es importante y, cuando menos, polémico. Hace varios días, la edición on line del mendocino diario Los Andes afirma, en uno de sus títulos, Falleció un niño en el Notti que presentaba los síntomas del virus”. Lo curioso es que, en la misma nota y más abajo, el Ministro de Salud de la provincia, Jorge Saracco, advierte que "hay que tener cautela, porque no sabemos si la muerte fue por una bronquiolitis, una infección bacteriana o influenza". Yo me pregunto: ¿qué les pasa? ¿de qué están hablando?

Otra incongruencia grosera se produce en el hecho de que, según la OMS, son 89.921 (al 4 de julio de 2009) los casos en todo el mundo, mientras que el Ministro de Salud de la Nación, Juan Mansur, dispara al aire que son 100mil (!!!) los afectados en la Argentina. Y allí están diarios, radios, TV, para arrojarnos impunemente estas noticias. Nosotros las consumimos gustosamente.

Como estos, hay cientos de ejemplos.

Es muy difícil sacar conclusiones propias, lo reconozco. Estamos sometidos a una mediación avasallante*. Miro a mi alrededor y pocos lo ven o no les importa. Por eso estas palabras, para plasmar mi vivencia y mi percepción.

No dejo de indignarme por este mundo vivido a través de los medios de comunicación. Todo es lo que aparece en la tele. Lo que no aparece, no es. Pesa más lo que leí en el diario o escuché en la radio que lo que vivo día a día, lo que está al alcance de mi mano. Vivimos pensando en lo que podemos tener, hemos construido imágenes de cómo queremos ser.. Todo esto, mediado por ese “estilo de vida”, esos valores compartidos, esos ideales soñados, impuestos por los medios (y sus grandes empresarios, desde Disney hasta

Rial, desde las películas “taquilleras” y los estrenos hasta los rankings de la radio y el mismísimo Pergolini y sus contenidos contestatarios en formato vendible). Somos todos cómplices. “Los medios no me dicen qué pensar, pero sí me dicen en qué pensar”.


La gripe porcina o como quieran llamarle existe. No dejo de preguntarme qué tan grave es realmente. No niego: es una amenaza. Pero no logro descifrar cuánto es construcción del acontecimiento y cuánto es pandemia, vivida, sentida y sufrida. Cuando todo esto empezó en México, fui “de visita” al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y me recetaron (sólo por precaución) el famoso antiviral, Fosfato de Oseltamivir, dado que las placas no mostraron nada anormal pero mi estado se sostenía desde hacía una semana. Lo curioso de esta visita fue que, precisamente el hospital más importante de la Ciudad de México para este tipo de afecciones, estaba prácticamente vacío. ¡En pleno pico de contagios!

Saqué muchas conjeturas, pero ninguna me convence del todo. O todas lo hacen. Lo raro es que no conozco médicos aquí que se hayan animado a afirmar que atendieron o al menos vieron un enfermo confirmado. He estado en contacto con unos cuantos y todos “saben de” pero no vieron nada.


Finalmente dejo una nota que decidí incorporar , al leerla una vez que ya había redactado todo la anterior, ya que refleja exactamente esta mi sensación y acrecienta la impotencia. Que alguien con autoridad en el tema diga algo tan fuerte como que "la gripe que provocan los medios de comunicación es más grave que la real" no hace menos que revolverme el estómago.


Bueno, mis amigos, saludos desde lejitos nomás y sin estornudar...


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* Sé que con todo esto también estoy mediando, es decir, transmitiendo lo que he percibido y lo que pienso; toda comunicación supone una mediación, el problema está en el negocio que implica el consumo de la información mediada (y su manejo) para los grandes empresarios y profesionales de la comunicación y la información.


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